Tal y cómo explicaron en la reunión a las familias, la llegada a Andorra comienza con el alquiler de material y reparto de habitaciones. Las cenas y desayunos del hotel son una selección de platos variados a elegir, perfectos para coger fuerzas.
El día comienza con la subida a pistas en funicular, un recorrido de 20 minutos disfrutando del paisaje montañoso de Andorra.
Una vez en las pistas, nuestros alumnos se dividen por niveles con los monitores de pista y comienzan las clases durante dos horas en la mañana y dos por la tarde, más una de esquí libre. Tenemos la suerte de comer en el restaurante de Grandvalira donde también tienen una variedad de platos energéticos y una estupenda selección de postres.
La tarde se reserva a actividades de ocio y tiempo libre como son: Caldea, cine, compras…
Caldea es el spa habilitado para menores que contiene diferentes recorridos, aguas termales, baño turco… Una experiencia que han aprovechado para reponer fuerzas y descansar ¡después de cinco horas de deporte!
Las calles de Andorra han despertado la curiosidad de nuestros alumnos que no dudan en llevarse algún recuerdo y detalle para sus familiares.
¡Un viaje en el que todos disfrutan y aprovechan al máximo cualquier momento!